Por Alberto Fuguet
MIKE PATTON:
Aislado entre tanto grito
Lo fácil es tratarlo de imbécil, degenerado, decadente.
Pero que bueno que así sea. Así las cosas quedan claras y uno sabe quién es quién. Porque, claro, qué más fácil que desechar a Mike Patton y a los Faith No More. Desestructura, impacta, fusiona, no deja a nadie tranquilo.
En un viaje por el litoral central, que incluyó una larga parada en “el cementerio” de Reñaca y un almuerzo en Horcón, Mike Patton habló con “Wikén”. También tiró tallas y se bañó en el mar y
conoció varias chicas, dos de las cuales se unieron al paseo. Escuchando temas de la onda disco y canciones de Myriam Hernández, Patton se mostró tal cual es: como un tipo muy joven, muy inocente, al que no le queda del todo claro qué quiere, que aún vive con sus padres, que tiene un perro salchicha.
- ¿A qué se debe el corte de pelo?
- El otro día fui a ver Danza con Lobos, ese western con Kevin Costner, y enganché con los mohicanos. Estaba aburrido así que me corté el pelo.
- ¿Y qué estás escuchando por estos días?
- No escucho thrash, aunque Slayer está bien. Me encantan los They Might Be Giants. Es como un rock para nerds. Me gustan porque uno se da cuenta de que no se sienten del todo cómodos con lo que hacen. A los Depeche Mode los odiaba, pero ahora no. El último disco de George Michael está superbueno.
- Todos te ven como un punk, un niño malcriado…
- No creo que sea uno. Dudo que lo sea. Quizás lo fui un tiempo, pero ya no. Mi imagen espanta a la gente, supongo. O lo que hago sobre el escenario. Es una lástima porque creen que somos asesinos o algo así y eso no es verdad. Es difícil hablar de esto porque sucede espontáneamente. La música, el tipo de música que hacemos, me hace actuar así como loco. Después pago el pato. Pero me gusta. Soy así y no voy a cambiar porque a alguien le moleste. Es lo que me nace. La música me atraviesa y me hace actuar como un loco. Incluso es más que probable que ni siquiera represente nuestra propuesta, pero qué importa.
- Leyendo las letras de tus canciones, dan ganas de que la música fuera más lenta, menos saturada, para que así pudiera expresar mejor lo que has escrito. Siento que hay bastante más dolor en tus letras que lo que expresa la música.
- Quizás. Pero a mí me interesa que la letra vaya por un lado y la música por otro. La yuxtaposición me parece atractiva. Digamos, un sonido muy divertido que apoye una temática súper depresiva. Esto es lo que hace la banda: arma una melodía bonita y luego la destroza. Los extremos son buenos, creo.
- Leyendo tus letras, es obvio que tienes una formación detrás y que te gusta escribir.
- Estudié inglés en la universidad. Llegué hasta tercer año. Sabía que no quería enseñar ni hacer críticas literarias pero si sabía que deseaba escribir. Tomé muchas clases de creative writing y fui a varios talleres. También leo harto: literatura francesa, especialmente. Lo que plantea el Marqués de Sade me impresiona. También tuve mi etapa de Henry James. Nathaniel Hawthome, Thomas Wolfe. Salinger, por cierto. Ahora leo mucha literatura cyberpunk. Hay un tipo que se llama Mark Layner que es superperverso y puntudo y posmoderno. Me encanta.
- ¿Sientes que hay un equivalente literario a lo que se está haciendo hoy en rock?
- Son cosas muy distintas, creo. Es otra forma de mirar el mundo. Más bien, de escribirlo. Creo que el rock es más de extremos y eso en literatura no funciona del todo. Los músicos y los escritores son muy parecidos, ambos buscan encontrar cosas nuevas que no lo son tanto. Pero no hay que confundir buenas letras con buena narrativa.
- ¿Y tú has escrito algo más narrativo?
- He escrito cuentos, claro. Y están bien, pero nunca he publicado. Solo en revistas de la universidad. Nada especial. Quizás más adelante escriba más. No sé.
- ¿Y de que tratan?
- Lo típico. Sobre drogadictos reventados. Cosas depresivas. Sobre el aislamiento.
- Ese es uno de tus temas, ¿no?
- Supongo. Yo creo que sí. No es fácil hablar de esto. Lo que pasa es que se supone que si uno es famoso hay que drogarse y meterse con todas las groupies y gastarse toda la plata. Cuando yo me hice famoso me di cuenta de que realmente no quería jugar con esos códigos y que no deseaba creerme el cuento. No quiero ser un tipo famoso. Lo soy, en cierta medida, pero no es lo que quiero. Yo siempre me siento aislado. Es una cuestión personal. No es de ahora.
- Es una mezcla difícil: sentirse aislado pero famoso…
- Rara. Sí. Uno realmente no se siente aislado cuando está solo sino cuando está acompañado. Y la fama, por cierto, hace que la gente se te acerque y uno sólo se siente aún más solo. Es raro. Pero cuesta comunicarse uno a uno. Cuesta más que cuando estoy en el escenario, eso está claro. La fama, en realidad, sólo ha vuelto más aparente mi problema. Eso es todo. Esto que pasó en Reñaca, que de pronto nos vimos rodeados de chicas, es algo muy poco natural, que no le ocurre a cualquiera. Cuesta acostumbrarse. Pero yo trato de hablar con la gente, con las chicas, saber qué piensan. Nunca en la engrupida, claro. Porque no puedo pasarme la película que porque ella me admira o ama mi música o me encuentra estupendo implica que es mi amiga ni menos mi amor.
- Igual debe ser difícil no creerse todo esto de las groupies. Es una tentación.
- He caído, claro. Pero la sola idea de tomarlo en serio es aterradora. Tú me dices que soy hasta tierno con ellas, pero qué voy a hacer. Creo que tiene que ver con los modales que me enseñó mi familia. Hay que ser relativamente educado si ellas lo son. A veces las mando a la mierda, pero sólo si el contexto es el adecuado. Pocas veces engancho porque no es real.
- ¿Y qué es real, como dice tu canción?
- No lo sé. En cinco minutos, uno no puede conocer a alguien. Ha habido veces que he creído que la cosa es algo más seria y me doy cuenta de que no era a mí al que deseaban. No es dañino ni sexual ni apasionante. Es la nada y me deprime ese tipo de relaciones. También deprime no estar con nadie, pero qué le vas a hacer.
- Debe ser agradable que alguien se identifique con lo que uno hace.
- Es bonito. Es halagador, claro que espero que no todos los que enganchen con lo mío sean como yo. La idea es gustarles a todos, pero es superfalso y tampoco me interesa. Supongo que, de alguna manera, los que escuchan a Faith No More son relativamente parecidos a nosotros. Compartimos una mirada, una onda, un momento histórico, una cultura desechable en común.
- Por último: ¿a qué alude el tema “Epic”?
- A muchas cosas, pero supongo que al sexo. A la gente que le gusta fornicar. No es que no me guste. Puede ser genial, pero no es mi hobbie ni mi obsesión. No es solo sexo. Eso es lo fácil… es sobre lo bueno que es y lo atroz que es. O puede ser. Es sobre el miedo... Supongo… No sé… Solo es más fácil… Esto está un poco heavy, ¿por qué no cambiamos de tema?
Wikén, El Mercurio, 1991